En ese mismo momento, en el apartamento en el que vivía el autor de La tregua y Gracias por el fuego ya estaban sus amigos más cercanos: Daniel Viglietti y Eduardo Galeano, entre ellos. Allí Mauricio Rosencof, director de Cultura de la Intendencia Municipal de Montevideo, evocó a "un entrañable amigo" de una manera contundente: "la literatura universal sufre un desgarro", dijo.
El velatorio de Benedetti comenzó a las 9:00 de la mañana en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, y mañana a las 10:00 se realizará el sepelio en el Panteón Nacional del Cementerio Central.
Desde la Presidencia de la República se comunicó que el presidente no se referiría al hecho pero que estaría a primera hora en el velatorio. Pero el impacto en el medio político no se hizo esperar y no sólo desde filas frenteamplistas, organización en cuya génesis participó el escritor. Desde el Partido Nacional, el senador Jorge Larrañaga expresaba su tristeza a través de un aviso fúnebre, que se sumaba a los adioses de otros colegas. "Hemos sentido y aprendido mucho con él y, seguro, lo llevaremos con nosotros, siempre", decía Marcos Carámbula. "Chau Mario, hasta pronto... Llevale un beso a Idea", escribió la ministra Daisy Tourné en su facebook, para enseguida transcribir el poema La vida ese paréntesis.
También recordando algunos de los momentos más altos de la obra de Benedetti (Montevideanos o Poemas de la oficina), Hugo Achugar, Director Nacional de Cultura del Mec, declaró conmovido que "no es una pérdida uruguaya. Es una pérdida innegable para toda América Latina. La popularidad, el reconocimiento y la trascendencia de su obra es innegable".
Eduardo Galeano, cercado por la emoción, el dolor, fue parco y preciso en las palabras que pronunció en la tarde de ayer ante la prensa. "Bendito sean los hombres y las mujeres honestos y generosos como él", dijo y añadió que su silencio se debe a que "soy enemigo de la inflación palabraria, no sólo de la monetaria, y me parece que el dolor se dice callando". Un silencio que, en la ausencia de sonido resuena el dolor de una pérdida mayor: con el fallecimiento de Benedetti "termina toda una época", como sostuvo ayer el periodista y escritor Mario Delgado Aparaín, recordando que esta pérdida física despide también a la Generación del 45, aquella camada pionera de nuestras letras, el pensamiento, la crítica, que dejó un legado compartido en el que gravitan nombres como los de Juan Carlos Onetti (1909-1994) e Idea Vilariño (1920-2009).
Más cercanas aún a lo afectivo, a una intimidad construida en muchos años, fueron los pensamientos de Washington Benavídes. "Fuimos amigos -dijo a El País-, estamos en líneas muy distintas pero siempre consideré que en esa profusa creación hay un material válido que pienso que ha superado décadas (...) Creo que era un escritor que escribía una poesía muy directa, coloquial, comprometida y después con las décadas se fue haciendo también más intimista".
Acercándose a este pensamiento, Hortensia Campanella, directora del Centro Cultural de España y autora del libro Mario Benedetti, un mito discretísimo (2009) señaló anoche a El País que "lo más importante, sin duda, de la obra de Mario es cómo llegó a tantas generaciones, tocando sus sentimientos y emociones". Esa escritura, agregó Campanella, tocó a generaciones muy distintas y también de lugares muy distintos. "Hace un momento -recordó- mi hijo me decía que había entrado en los comentarios que la gente de España hace en la web sobre las noticias acerca de la muerte de Mario, y que ahí se notaba la espontaneidad del dolor y del aprecio que la gente le tenía".
Campanella volvió sobre una definición que el escritor Carlos Maggi había dado de Benedetti: "Carlos decía una cosa muy bella, `Mario siempre estaba a favor de la vida`. Me gusta mucho esa frase porque lo define tanto en lo personal como en su vocación de compañero, literato y como un gran polemista". Facetas que cultivó con apasionada dedicación, y que estuvieron siempre marcadas por sus compromisos políticos, ideológicos. Algo que supo transmitir a otras generaciones de escritores, a quienes siempre acompaño desde la lectura, el apoyo y el consejo crítico.
Una vida, una obra
Benedetti, el más prolífico poeta uruguayo, integrante de la Generación del 45, editó en septiembre pasado "Testigo de uno mismo", escrito en verso, y trabajaba en un nuevo libro también de poesía bajo el nombre de "Biografía para encontrarme".
Pese a haber ganado especial reconocimiento a través de sus novelas "La tregua" (que lleva más de 140 ediciones) y "Gracias por el fuego", Benedetti permanece en el imaginario colectivo debido a poemas inolvidables como "No te salves", "Corazón coraza", "Táctica y estrategia" o "Te quiero".
Nacido el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros e inscripto bajo el larguísimo nombre de Mario Orlando Hamlet Ardí Brenno Benedetti -una costumbre de su ascendencia italiana-, escribió más de 80 obras entre poemas, novelas, cuentos, ensayos, obras de teatro, crónicas de humor y guiones de cine.
Entre ellas, se destacan "Poemas de la oficina" e "Inventario", la novela "La borra del café", los cuentos "Montevideanos", "El presupuesto", "Puntero izquierdo", "Los pocillos", "Familia Uriarte" y la obra de teatro "Pedro y el capitán".
Artistas como Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Daniel Viglietti, Sandra Mihanovich, Soledad Bravo y Pablo Milanés, entre muchos otros, interpretaron algunos de sus más célebres poemas y los convirtieron en parte del acervo musical popular.
A lo largo de su destacada trayectoria, recibió numerosos premios internacionales como el Reina Sofía de Poesía en 1999, el Iberoamericano José Martí en 2001, el Internacional Méndez Pelayo en 2005 y fue condecorado con la orden venezolana Francisco de Miranda en grado de "generalísimo" en 2007 y designado miembro de honor de la Academia Nacional de Letras de Uruguay.
No sólo su obra fue traducida a más de veinte idiomas, sino que la película "La tregua" dirigida por Sergio Renán y adaptada de su obra homónima, fue candidata a los premios Oscar que entrega la Academia de Hollywood en 1974 en la categoría de mejor película extranjera.
Incluso, el escritor se animó a la actuación en el filme "El lado oscuro del corazón" (1992) de Eliseo Subiela, basado en sus poemas, donde personifica a un marinero alemán que recita uno de sus versos a una prostituta mientras toma un whisky en un cabaret uruguayo.
Benedetti varias veces fue candidato al Premio Cervantes y declarado doctor Honoris Causa por las universidades de Alicante, Valladolid, La Habana y Milán.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario